
Los langostinos al ajillo son una de esas recetas clásicas que combinan sencillez, sabor y rapidez. Perfectos para una cena informal, como entrante en una comida especial o incluso como tapa para sorprender a tus invitados. Además, si eliges bien el producto, el resultado será exquisito en tan solo diez minutos.
En este artículo te contamos cómo elegir los mejores langostinos, cómo limpiarlos correctamente, el paso a paso de la receta y algunos trucos del chef, ideas de acompañamiento y sugerencias de presentación para que tu plato sea todo un éxito.
Elige langostinos frescos o congelados de calidad
¿Frescos o congelados?
Ambas opciones son válidas. Si puedes acceder a langostinos frescos, mejor que mejor. Deben tener olor a mar, aspecto brillante y las cáscaras bien adheridas al cuerpo. Si optas por congelados, asegúrate de que estén ultracongelados en origen, sin signos de escarcha, y que provengan de proveedores de confianza.
Tamaño ideal
Para esta receta, los langostinos medianos o grandes funcionan mejor. Los muy pequeños pueden pasarse de cocción, mientras que los muy grandes pueden necesitar más tiempo y quedar menos sabrosos al ajillo.
Cómpralos con cabeza
Aunque muchas veces se venden pelados, los langostinos con cabeza tienen más sabor. Puedes cocinarlos enteros o pelarlos dejando la cabeza y la cola, lo que mejora tanto el sabor como la presentación.
Limpieza y preparación previa
Cómo pelar y limpiar langostinos
- Si los vas a pelar, retira la cáscara dejando la cabeza y la cola si quieres una presentación más vistosa.
- Haz un pequeño corte en el lomo con un cuchillo o unas tijeras para quitar el intestino, esa línea negra que puede amargar ligeramente el sabor.
Marinado exprés opcional
Puedes dejarlos unos minutos marinando con un poco de aceite de oliva, ajo picado y una pizca de pimentón. Este paso no es obligatorio, pero aporta un toque extra de sabor si tienes algo más de tiempo.
Receta: langostinos al ajillo en solo 10 minutos
Ingredientes (para 2-3 personas)
- 400 g de langostinos crudos
- 4 dientes de ajo
- 1 guindilla (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal gruesa o en escamas
- Perejil fresco picado
- Un chorrito de vino blanco (opcional)
- Limón (para decorar)
Paso a paso
- Calienta el aceite en una sartén amplia a fuego medio.
- Añade los ajos laminados y la guindilla. Cocina hasta que empiecen a dorarse ligeramente, sin que se quemen.
- Incorpora los langostinos y sube el fuego. Cocina un par de minutos por cada lado, hasta que cambien de color.
- Añade una pizca de sal y, si lo deseas, un chorrito de vino blanco para desglasar.
- Retira del fuego y espolvorea con perejil fresco picado.
¡Y listo! En menos de diez minutos tienes un plato lleno de sabor y aroma.
Trucos del chef y acompañamientos ideales
El ajo justo
No te pases con el ajo: lo ideal son 4 dientes medianos. Si usas más, corres el riesgo de tapar el sabor del langostino. Asegúrate de dorarlo ligeramente, pero no quemarlo, ya que su sabor se vuelve amargo.
Guindilla o sin picante
La guindilla es totalmente opcional. Puedes usar una cayena seca entera o media para un toque sutil. Si no te gusta el picante, omítela sin problema.
El vino blanco realza el sabor
Un chorrito de vino blanco seco al final de la cocción potencia el sabor del marisco y añade un toque gourmet. No es imprescindible, pero es uno de esos detalles que marcan la diferencia.
¿Qué servir con langostinos al ajillo?
- Pan crujiente: imprescindible para mojar en el aceite con ajo.
- Arroz blanco o salvaje como base.
- Ensaladas frescas, como una de rúcula y aguacate.
- Verduras a la parrilla o asadas.
- Un vino blanco frío, como un Albariño o Verdejo, es el maridaje ideal.
Sugerencias de presentación
Presentar los langostinos de forma cuidada puede convertir un plato sencillo en algo especial. Aquí algunas ideas:
- En cazuelitas de barro individuales, como si fueran tapas de bar tradicional.
- Sobre una cama de arroz blanco o cuscús, para absorber el aceite y dar más cuerpo al plato.
- Con un toque de ralladura de limón o lima por encima justo antes de servir.
- Acompañados de pan artesano o tostas crujientes en una tabla rústica.
- Con perejil fresco o cebollino picado espolvoreado justo antes de llevar a la mesa.
La clave está en no sobrecargar el plato y dejar que el color dorado del aceite y el tono rosado del langostino brillen por sí mismos.
¿Te animas a prepararlos hoy mismo? Con buenos ingredientes y un par de trucos, los langostinos al ajillo pueden convertirse en uno de tus platos favoritos. Si además los compras en La Dársena 151, donde garantizan frescura y calidad, el resultado será todavía más sabroso. Perfectos para cualquier ocasión, rápidos, deliciosos y con mucho sabor a mar.